Sí, eso también es verdad. Yo me refería a que a veces es preferible la incertidumbre que la seguridad de cualquier jaula (relaciones tóxicas, vida estancada, rutina laboral…).
Pero tu punto de vista también es cierto; hay que ser libres para poder perderse y encontrarse al mismo tiempo. Muchas gracias por tu aportación 😉
Hola funambulista…..
No sé, se me viene a la cabeza Alicia, sí, la del país de las Maravillas! No era aquella niña que andaba perdida en un país desconocido al que llegó aventurándose a asomarse, un poco demasiado, por el hueco de un árbol, siguiendo a un conejo que tenía mucha prisa?
Pues un poco bastante me siento yo así últimamente…..perdida, pero encontrando maravillas a mi paso, conociendo otros territorios y aventurándome a conocerme, a redescubrirme en cada nuevo encuentro, en cada pérdida de lo tangible y conocido….respirando ante el abismo, ante el miedo, y reseteando a la vuelta de cada aventura que a veces es diaria.
Suena muy guay aunque hay momentos en los que duele resetear, ya sabes lo mal que se me dan las nuevas tecnologías….
En definitiva, estoy contigo
Un abrazo gatuno
He decidido agarrarme a la vida soltando amarras……quizás sea la edad la que susurra al oído, es ahora, confía en tí, hemos aprendido juntas, ahora puedes lanzarte a esa temida pirueta o acrobacia, hoy sabemos, si caemos, cómo curarnos las heridas, además ya no duele tánto como antes, emocionalmente nos hemos hecho más fuertes a la larga aunque más sensibles al momento, disfrútalo, disfruta cada momento…..me acabo de dar cuenta, es la edad en mi cuento ese conejo que lleva tánta prisa!
Esa es una acertada visión, desde luego. Alicia realmente estaba perdida, muy perdida, sintiéndose pequeña a veces y otras muy grande, desconcertada, alegre, triste, alegre, temerosa… Viviendo esa vida de aventura que tú dices también vivir. Qué distinta hubiera sido su historia si se hubiera quedado encerrada en la seguridad de su casa, de su entorno, de sus repetidas seguridades…
Es también muy buena esa visión del conejo con el reloj asociada a la obsesión con la edad, a la prisa, a la esclavitud de los horarios. Entiendo que, también como buena trapecista, te sientas al borde del abismo muchas veces. Es el precio de no estar encerrado, de no perder la vida en banalidades. No todas las piruetas salen bien pero siempre merece la pena intentarlo, lo importante no es evitar el dolor sino sentirse vivo. Así es al menos como yo lo veo.
Gracias de nuevo por tus comentarios. La foto es de mi talentoso hermano. Aquí en su página puedes disfrutar de su visión tan peculiar del mundo.
Encerrado, jaula, ser libre, perderse, encontrarse… Perdón pero yo no puedo más de esto. La vida nos alcanza y los conceptos que pensamos son importantes hoy mañana no. Rutina y estancamiento son conceptos universales a los que todos nos sometemos. Domesticarnos no es una mala señal solo algo inevitable excepto para unos pocos elegidos. El resto luchemos por esos ratos: nuestra familia, nuestros amigos, los libros, el cine, el deporte, pasear cada uno lo suyo… el resto son sueños de adolescente eterno (que también se puede ser) pero no significa que hayas dejado la jaula. El miedo? el miedo es gasolina, el miedo es aprendizaje, el miedo es conocerse a uno mismo y nuestros limites. El miedo es importante. Abraza tu miedo, sumérgete con el y si tienes huevos ahógalo. Yo bailo muy abrazado a el.
Todos tenemos que bailar, a uno u otro son: bailad, bailad malditos.
Bueno, entiendo lo que quieres decir pero ponerse en extremos siempre deforma la realidad, más que verla con perspectiva.
Hay mucho espacio entre ser un eterno adolescente y ser alguien que acepta todos los moldes sociales (incluso hasta el agotamiento como en esa genial «¡Danzad, Danzad, malditos!»), entre aceptar rutinas y estancamientos o estar sepultados por ellos.
Claro que hay que aceptar un grado de domesticación, es parte del crecimiento, es parte incluso del amor y del hecho de ser libre a través del conocimiento.
Esa fue una de las mejores enseñanzas que ya hace mucho Exupéry transmitió a través del zorro y su relación con el Principito. Y usó exactamente esa palabra:
«Sólo se conoce lo que uno domestica – dijo el zorro. – Los hombres ya no tienen más tiempo de conocer nada. Compran cosas ya hechas a los comerciantes. Pero como no existen comerciantes de amigos, los hombres no tienen más amigos. ¡Si quieres un amigo, domestícame!»
Así que también hay mucho espacio entre ser domesticado y estar enjaulado.
Y sí, claro, el miedo es todo lo que muy bien dices, aunque más que ahogarlo o enfrentarsena él, hay que escucharlo para saber qué fantasma personal hay detrás. El miedo es pura información.
De hecho, lo que que quería expresar es que huir de él nos puede hacer encerrarnos para evitar la sensación de estar perdidos. Y eso, creo, es peor que estar perdido. También pienso, como Sofía, que hay que perderse al menos un poco para tener la posibilidad de encontrarse de otra manera.
Creo que son ideas para tener en cuenta en muchos momentos en la vida.
Así que nada, espero seguir encontrándote en ese espacio también muy amplio entre dedicarse a sobrevivir y estar encerrado en fantasías, entre perder toda ilusión y perder todos los sueños. Y en medio, para no caer en ninguno de los dos abismos, nunca perder la esperanza.
Y de esperanza tú sabes mucho mi querido Sandman, y de sueños ni te digo.
Sabes lo que pasa? mucho tiempo perdido y buscándome. No puedo evitar regodearme en el suburbio mental que me gusta pensar que habito, como Don Draper en Ossining, pero al contrario que Draper con la sensación de haber dejado atrás el lastre gracias efectivamente a la esperanza y los sueños que se materializaron en la domesticación. No me despertéis.
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Sí, sobre todo porque para encontrarse primero hay que perderse !!!!!!
Sí, eso también es verdad. Yo me refería a que a veces es preferible la incertidumbre que la seguridad de cualquier jaula (relaciones tóxicas, vida estancada, rutina laboral…).
Pero tu punto de vista también es cierto; hay que ser libres para poder perderse y encontrarse al mismo tiempo. Muchas gracias por tu aportación 😉
Sin lugar a dudas!! Hay que salir a perderse y dejar encerrado el miedo, que es el que realmente nos retiene.
Encerrar el miedo que nos retiene… ¡Me gusta esa idea!
🐾 🐾
Hola funambulista…..
No sé, se me viene a la cabeza Alicia, sí, la del país de las Maravillas! No era aquella niña que andaba perdida en un país desconocido al que llegó aventurándose a asomarse, un poco demasiado, por el hueco de un árbol, siguiendo a un conejo que tenía mucha prisa?
Pues un poco bastante me siento yo así últimamente…..perdida, pero encontrando maravillas a mi paso, conociendo otros territorios y aventurándome a conocerme, a redescubrirme en cada nuevo encuentro, en cada pérdida de lo tangible y conocido….respirando ante el abismo, ante el miedo, y reseteando a la vuelta de cada aventura que a veces es diaria.
Suena muy guay aunque hay momentos en los que duele resetear, ya sabes lo mal que se me dan las nuevas tecnologías….
En definitiva, estoy contigo
Un abrazo gatuno
He decidido agarrarme a la vida soltando amarras……quizás sea la edad la que susurra al oído, es ahora, confía en tí, hemos aprendido juntas, ahora puedes lanzarte a esa temida pirueta o acrobacia, hoy sabemos, si caemos, cómo curarnos las heridas, además ya no duele tánto como antes, emocionalmente nos hemos hecho más fuertes a la larga aunque más sensibles al momento, disfrútalo, disfruta cada momento…..me acabo de dar cuenta, es la edad en mi cuento ese conejo que lleva tánta prisa!
Como siempre, bellísima la foto
Esa es una acertada visión, desde luego. Alicia realmente estaba perdida, muy perdida, sintiéndose pequeña a veces y otras muy grande, desconcertada, alegre, triste, alegre, temerosa… Viviendo esa vida de aventura que tú dices también vivir. Qué distinta hubiera sido su historia si se hubiera quedado encerrada en la seguridad de su casa, de su entorno, de sus repetidas seguridades…
Es también muy buena esa visión del conejo con el reloj asociada a la obsesión con la edad, a la prisa, a la esclavitud de los horarios. Entiendo que, también como buena trapecista, te sientas al borde del abismo muchas veces. Es el precio de no estar encerrado, de no perder la vida en banalidades. No todas las piruetas salen bien pero siempre merece la pena intentarlo, lo importante no es evitar el dolor sino sentirse vivo. Así es al menos como yo lo veo.
Gracias de nuevo por tus comentarios. La foto es de mi talentoso hermano. Aquí en su página puedes disfrutar de su visión tan peculiar del mundo.
Encerrado, jaula, ser libre, perderse, encontrarse… Perdón pero yo no puedo más de esto. La vida nos alcanza y los conceptos que pensamos son importantes hoy mañana no. Rutina y estancamiento son conceptos universales a los que todos nos sometemos. Domesticarnos no es una mala señal solo algo inevitable excepto para unos pocos elegidos. El resto luchemos por esos ratos: nuestra familia, nuestros amigos, los libros, el cine, el deporte, pasear cada uno lo suyo… el resto son sueños de adolescente eterno (que también se puede ser) pero no significa que hayas dejado la jaula. El miedo? el miedo es gasolina, el miedo es aprendizaje, el miedo es conocerse a uno mismo y nuestros limites. El miedo es importante. Abraza tu miedo, sumérgete con el y si tienes huevos ahógalo. Yo bailo muy abrazado a el.
Todos tenemos que bailar, a uno u otro son: bailad, bailad malditos.
Bueno, entiendo lo que quieres decir pero ponerse en extremos siempre deforma la realidad, más que verla con perspectiva.
Hay mucho espacio entre ser un eterno adolescente y ser alguien que acepta todos los moldes sociales (incluso hasta el agotamiento como en esa genial «¡Danzad, Danzad, malditos!»), entre aceptar rutinas y estancamientos o estar sepultados por ellos.
Claro que hay que aceptar un grado de domesticación, es parte del crecimiento, es parte incluso del amor y del hecho de ser libre a través del conocimiento.
Esa fue una de las mejores enseñanzas que ya hace mucho Exupéry transmitió a través del zorro y su relación con el Principito. Y usó exactamente esa palabra:
«Sólo se conoce lo que uno domestica – dijo el zorro. – Los hombres ya no tienen más tiempo de conocer nada. Compran cosas ya hechas a los comerciantes. Pero como no existen comerciantes de amigos, los hombres no tienen más amigos. ¡Si quieres un amigo, domestícame!»
Así que también hay mucho espacio entre ser domesticado y estar enjaulado.
Y sí, claro, el miedo es todo lo que muy bien dices, aunque más que ahogarlo o enfrentarsena él, hay que escucharlo para saber qué fantasma personal hay detrás. El miedo es pura información.
De hecho, lo que que quería expresar es que huir de él nos puede hacer encerrarnos para evitar la sensación de estar perdidos. Y eso, creo, es peor que estar perdido. También pienso, como Sofía, que hay que perderse al menos un poco para tener la posibilidad de encontrarse de otra manera.
Creo que son ideas para tener en cuenta en muchos momentos en la vida.
Así que nada, espero seguir encontrándote en ese espacio también muy amplio entre dedicarse a sobrevivir y estar encerrado en fantasías, entre perder toda ilusión y perder todos los sueños. Y en medio, para no caer en ninguno de los dos abismos, nunca perder la esperanza.
Y de esperanza tú sabes mucho mi querido Sandman, y de sueños ni te digo.
See you in the other side
Sabes lo que pasa? mucho tiempo perdido y buscándome. No puedo evitar regodearme en el suburbio mental que me gusta pensar que habito, como Don Draper en Ossining, pero al contrario que Draper con la sensación de haber dejado atrás el lastre gracias efectivamente a la esperanza y los sueños que se materializaron en la domesticación. No me despertéis.
Bueno todo eso ya es bastante.