
Ellos nos miraban tras sus gafas oscuras y sus miradas opacas. Bajaban de cualquier colina con el diablo tras ellos. Todos caminaban al unísono. Nosotros estábamos sentados en mitad del poblado. No teníamos prisa. Nos rodearon y tú te marchaste.
Su silencio era sólido como un muro. Sonrieron y el viento empezó a correr entre ellos. El sol daba placer, la tierra estaba llena de claridad. Esparcí la arena con detenimiento y pinté cualquier estructura invisible. Entonces me recosté en medio de todos ellos. El sueño se acercó a mi oído. No escuché sus pasos en la tierra ni mi corazón en sus mentes y la paz me alejó definitivamente.
Soñé con todos ellos rodeándome, soñé también con sus ojos pintados y sus gabardinas moviéndose sin peligro. Pasaban allí la noche esperando con inhumana esperanza. Después el amanecer mostró tristes crepúsculos en sus rostros.
Cuando desperté el ambiente era cálido y nublado. Me esperaba sólo uno de ellos. El tiempo me traía diferentes ánimos mientras me acercaba a él. Al llegar, me di cuenta de que sus lágrimas eran el único ser vivo sobre su rostro petrificado. “¿Quién eres tú?” Ni las lágrimas ni la piedra contestaron.
Subí una de las colinas lejanas como si fuera cualquier viñeta abandonada. El camino fue agradable y no tardó en hacerse parte del horizonte, el viento peinaba con cuidado y me acompañó hasta arriba.
Cuando divisé el inmenso paisaje sólo pude ver al diablo esperando al final de la pendiente.
Entonces el caballo del oeste descendió la colina de al lado. Sentí su aliento animal y sus acordes sobre la arena. Escribía cada uno de sus movimientos con infinitos y desconocidos átomos. Todos ellos pasaron de largo por encima de aquel hombre diluido en replicantes lágrimas.
Volví a mí mismo con un nuevo aliento que me trajo la sensación de estar felizmente vivo. Contemplé el paisaje infinito que me inundó con una lluvia de significados. Entonces tuve la dulce y viva sensación de que, definitivamente, el sol saldría otra vez y de que tú volverías pronto…
Observé de nuevo al fermento rojo pero los ojos del caballo me interrumpieron:
“Si miras tres veces al diablo poseerá tu alma para siempre” – me dijo.
Cuando lo miré por tercera vez ya no estaba
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Supongo que se trata de un cruce de caminos entre el narrador-protagonista y el diablo. En cualquier caso, en este cuento se produce un «John Ford meets David Lynch», y el desenlace apunta a cintas como «Fallen» o «El Exorcista».
Enhorabuena por esta nueva publicación.
¡Me ha encantado lo de «John Ford meets David Lynch»! Lo de «El exorcista» no lo veo tanto aunque reo que es una de esas historias con un carácter muy surrealista que da lugar a muchas interpretaciones.
Mi visión de este cuento es la de una especie de paseo por el limbo en donde el protagonista se encuentra con personajes extraños, atraviesa ensoñaciones y, finalmente, tiene una especie de duelo con el diablo. El «duelo» del título hace referencia tanto a la muerte como al cruce de caminos en que se encuentra el protagonista, una elección entre la nobleza del caballo y la tentación del demonio.
Aún así he querido darle este toque del oeste americano que por lo visto tú has captado muy bien y también he querido mencionar de paso la muerte de Batti, de «Blade Runner», como otro personaje cuya muerte es, al menos para mí, una de las más dignas de la historia del cine (si no la que más). De ahí lo de «aquel hombre diluido en replicantes lágrimas».
Las tres tentaciones del diablo son una referencia bíblica a cuando Satanás le tentó a Jesucristo en el desierto tres veces, la tercera, ante un paisaje inmenso… «De modo que lo llevó hacia arriba y le mostró todos los reinos de la tierra habitada en un instante de tiempo» Lucas 4:5
Lo que sin duda ha influido en toda la historia es el hecho de que la escribí escuchando «Wild Horses» de los Rolling Stones y la banda sonora de «Pat Garret & Billy the Kid» de Bob Dylan.
Un amigo que sabe mucho de cine me ha dicho que parece de una película de Béla Tarr, que no tengo el gusto de conocer pero que estoy deseando investigar. Espero tener tiempo pronto para hacerlo.
Muchas gracias David por tu aportación, ya te digo que lo del encuentro entre John Fordo y David Lynch ha sido increíble
Tu historia me ha transportado a un oasis de tierras rojas, amarillas, naranjas y sentir mucha tranquilidad.
El diablo nunca me asustó y me encantan los caballos, ojalá alguno me susurre alguna vez… en cuanto a las lágrimas replicantes, cuantos recuerdos viendo Blade Runner y su maravillosa banda sonora. Nuevamente enhorabuena.
Qué maravilla que este cuento te haya llevado a todos esos sitios, a todas esas tierras y oasis… Blade Runner es una de mis películas favoritas, si me pusiera a hablar sobre lo que me transmite podría crear todo un ensayo. De hecho, ya tengo bastante escrito. No me canso de verla y de escucharla. Es pura filosofía sobre el sentido de la vida y de la muerte aunque en la superficie pueda parecer una mera película de aventuras y de ciencia ficción.
En verdad yo creo que todos los caballos transmiten algo único, en especial los salvajes…
Hablando de caballos, el Unicornio de Blade Runner es otra conexión con el cuento.
Gracias por haber escrito tan bien Vanesa, un placer leerte a ti también 😉
Qué guay que escribas con música, ella siempre inspiradora…..
Misterioso, como esas pelis en las que haría preguntas todo el rato, jajaja, de esas que tengo que ver varias veces para enterarme…como las de Lynch,
Te leo de nuevo.
Y esa muerte de Blade Runner, buah, es lo más!
Jajaja!
¡Ya ves! Aunque la verdad que David Lynch yo creo que tiene un punto que por mucho que lo veas… Creo que hay partes que son locuras de un genio que simplemente hay que disfrutar.
Desde luego que sí, yo quiero una muerte tan insuperable y tan inundada de poesía como la de Batty.